Lost in translation

La vida está hecha de momentos, como diría un meme de esos de crecimiento personal. Y la vida del alumado universitario que cursa física en el primer grado de carrera se encuentra con tres o cuatro. No, no me refiero al momento en que se da cuenta que en clase no pasan lista, al momento en que descubre una cafetería, sumado quizá al momento en que ve que hay más de una cafetería, y al momento ya sublime en que aprecia que en las campas del campus no hay heces de can.

Me refiero a los momentos lineal, momento angular, momento de inercia, y momento de una fuerza. Lo gozoso de la campa y la versatilidad de las nuevas tecnologías permite consultar en pleno solaz la playlist de youtube que la profesora ha colgado con videos de física de profesores colombianos con corbata y repeinados.

La alumna diletante se pregunta por qué esa mujer a la que llaman profesora ha colgado un video que se titula torque. Afortunadamente esa alumna (no tan ejemplar) ha acudido a la clase tempranera del lunes y ha seguido la explicación de la profesora sobre como es más fácil hacer girar una puerta tomando como apoyo uno de los puntos más lejano a la bisagra que desde en medio, por ejemplo. Por un momento todos han pensado que al dirigirse a la puerta la profesora se iba a dar el piro, pero no, la alegre perspectiva duró solo unos segundos.

La alumna repasa rápidamente en su cabeza lo aprendido y entiende que lo que el profe virtual llama torque es lo que la profe real llama momento de una fuerza. Y el proceso de preguntarse sobre esa discrepancia en el nombre de una misma magnitud física fijará esa dualidad en su cabeza. Y así, cuando durante su trabajo de máster en geofísica le toque revisar una referencia bibliográfica británica que habla del torque sabrá de qué se está hablando.

El problema es que a su mente dispersa le supondrá un problema leer que las subducción en la zona Izu–Bonin–Mariana produce un torque en la placa pacífica de tipo West by Northwest, porque entonces se acordará de la famosa peli North by Northwest y otra vez dejará de estar plenamente concentrada en el estudio, como cuando era graduada y disfrutaba del sol del otoño en las campas de Leioa.

 


 

 

 

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